Construyendo puentes al futuro desde Garrotxa.

Una conversación entre Rob Hopkins y Erika Zárate.

Tipología

Conversación


Ámbitos

Economía

Cuando la comunidad escucha el futuro, el presente se transforma.

En diciembre de 2024 Resilience Earth fue honrado por recibir su sede en Olot, Garrotxa, Rob Hopkins cofundador del movimiento global Transition Network y autor de obras clave como "De lo que es a lo que si", donde compartió el taller "Cómo enamorarse del futuro". En esta conversación dirigida por Erika Zárate, Hopkins explora cómo la imaginación colectiva y la acción comunitaria están transformando regiones como Garrotxa en modelos de regeneración y democracia participativa.

2030: Un viaje al futuro desde 2024

La reunión incluyó un ejercicio de viaje en el tiempo, una poderosa herramienta de visualización que permitió imaginar el salto de 2024 a 2030. Hopkins señaló que Garrotxa se ha convertido en un referente global gracias a su espíritu revolucionario y capacidad de movilización. “Este territorio fue capaz de aprovechar el momento crítico de 2024 para curar heridas sociales, regenerar la economía y construir puentes entre comunidades diversas”, comentó.

Democracia cooperativa y regenerativa

Uno de los aspectos clave de esta transformación ha sido el compromiso con el cooperativismo como motor de cambio. En 2027, la aplicación de la Ley de cooperativas en España transfirió infraestructuras clave como el sistema de transporte y los servicios públicos a modelos cooperativos. Esto no sólo retuvo la riqueza local, sino que también democratizó la toma de decisiones, haciendo de la democracia una práctica diaria.

Hopkins también elogió la reconfiguración del sistema educativo y la gobernanza local. En las escuelas, los estudiantes aprenden habilidades de diálogo profundo y co-creación desde una edad temprana, lo que ha permitido a los jóvenes líderes formar la regeneración con visión inclusiva y sostenible.

Una mirada interseccional e inclusiva

La Garrotxa también ha destacado integrar una perspectiva interseccional en todos sus proyectos. El reconocimiento de los derechos de las comunidades migrantes y racializadas ha sido esencial para construir una sociedad más equitativa. Como dijo Hopkins, "la transición necesita que todos y todos tengan algo que traer". La aplicación del Nuevo Trato Verde Europeo de 2025 dio lugar a iniciativas que vinculaban a los refugiados con un trabajo digno y una capacitación, promoviendo soluciones climáticas y sociales a una.

Celebración e inspiración mundial

En 2030, festivales locales como la "Festival del Castor" celebran los logros, recordando las historias y el esfuerzo colectivo que hizo posible esta transformación. Hopkins destacó cómo las historias de Garrotxa han inspirado a otras regiones del mundo, agradeciendo el valor de esta comunidad para actuar cuando otros sólo dudaron.

Resilience Earth: Incubator of Change

Hopkins concluye destacando el papel de la Tierra Resiliencia como un catalizador vital para esta transformación. Con proyectos acompañantes y apoyo a iniciativas locales, Resilience Earth ha sido un pilar para el cambio profundo. "Este territorio no sólo se ha dedicado a actuar, sino que lo ha hecho de una manera que inspira al mundo entero", dijo Hopkins.

Un ejemplo que Gorissen destacó en su entrevista es el de una organización de cuidado en Holanda, donde la filosofía de "la cultura debe liderar, y la estructura debe seguir". Esto significa que en lugar de seguir un modelo burocrático y rígido, la cultura de la organización debe ser el motor principal, con las estructuras adaptándose a las cambiantes necesidades de la comunidad y sus alrededores. Este modelo ha sido más eficaz, con pacientes que necesitan menos cuidado y trabajadores más satisfechos, demostrando que el cambio a un sistema más regenerativo y flexible puede ser no sólo más eficaz, sino también más rentable.

Importancia de la reconexión con la naturaleza

Para Gorissen, la conexión con la naturaleza no es sólo un ejercicio de conciencia ecológica, sino una herramienta fundamental para la evolución de las organizaciones humanas. En su libro "Inteligencia Natural", Gorissen menciona que la naturaleza ya sabe lo que funciona y nos ofrece un modelo de sostenibilidad y resiliencia que ha superado la evidencia de milenios. Como dijo en la entrevista, aprender de la naturaleza no es una cuestión de técnicas de diseño, sino de mentalidades y modelos de pensamiento. Para las comunidades humanas, esto significa repensar cómo nos organizamos, cómo compartimos recursos y cómo abordamos los cambios.

La inteligencia natural, según Gorissen, puede transformar nuestras comunidades y organizaciones, haciéndolas más adaptables, resistentes y regenerativas. Esta aplicación práctica de la biomimética puede proporcionar herramientas valiosas para abordar los desafíos mundiales, desde la crisis climática hasta la desigualdad social.

Aprender la capacidad de adaptación del coral

Uno de los ejemplos más poderosos que Gorissen utiliza para explicar su concepción de la inteligencia natural es el coral. Los arrecifes de coral son ecosistemas extraordinarios que se han adaptado a cambios drásticos en la temperatura, la salinidad y otras condiciones ambientales. Los corales, como otros seres vivos de la naturaleza, han sobrevivido gracias a su capacidad de adaptación. Este mecanismo, basado en una compleja red de interacciones, permite que los corales permanezcan vivos y resilientes a pesar de las cambiantes condiciones del medio ambiente.

Los corales, a través de procesos biológicos excepcionales, han desarrollado mecanismos que les permiten adaptarse a las cambiantes condiciones ambientales. Uno de los elementos clave de esta capacidad adaptativa es su relación simbiótica con algunas especies de algas dinoflageladas, como zooxanthellae. Estas algas viven dentro de los tejidos corales y usan la luz solar para realizar fotosíntesis, generando energía de la que los corales aprovechan. Cuando las condiciones ambientales cambian, como cuando la temperatura del agua se eleva por encima de su rango óptimo, los corales pueden "pelar" estas algas. Esto puede causar el fenómeno del ardor de color, conocido como blanqueamiento de coral. Aunque este fenómeno puede ser letal si las condiciones no mejoran, los corales tienen la capacidad de recuperarse en condiciones más favorables, favoreciendo nuevas algas que pueden adaptarse mejor a las nuevas condiciones.

Esta adaptabilidad no sólo se limita a las condiciones ambientales, sino también a su capacidad de crear nuevas formas de colonias y estructuras a medida que cambia el medio ambiente. Los corales pueden modular el crecimiento de sus colonias según la disponibilidad de recursos, lo que les permite prosperar en un entorno cambiante y a menudo difícil. Además, la evolución de las estrategias reproductivas que combinan la reproducción sexual y asexual favorece su capacidad de colonizar nuevas áreas, especialmente cuando las condiciones originales se deterioran.

Gorissen utiliza esta analogía para destacar la importancia de la flexibilidad y adaptabilidad en las comunidades humanas. Las comunidades, como los corales, pueden desarrollar redes de relaciones y mecanismos que les permitan enfrentar cambios sociales, económicos y ambientales de una manera más resiliente. En lugar de resistir los cambios o tratar de controlarlos rígidamente, las comunidades pueden aprender a responder a las fluctuaciones en su entorno, aprovechando dinámicamente las interconexiones y los recursos y adaptándolos. Así pues, la capacidad de adaptación de los corales sirve como modelo de cómo las comunidades humanas pueden evolucionar y prosperar contra los desafíos del cambio, basados en la cooperación y la interdependencia para mantener su cohesión y resiliencia.

Aplicación a las comunidades humanas

Las comunidades humanas pueden aprender de los corales adaptándose a las fluctuaciones sociales, económicas y ambientales mediante prácticas de flexibilidad, cooperación e interdependencia. Específicamente, pueden seguir varios caminos inspirados en la forma en que los coros gestionan los cambios en sus alrededores:

1. Flexibilidad a los cambios: A medida que los corales modifican sus relaciones simbióticas para adaptarse a los cambios ambientales, las comunidades pueden adaptar sus prácticas y estrategias basadas en condiciones cambiantes. Esto implica la capacidad de ajustar las políticas, los métodos de trabajo y las estructuras organizativas para responder eficazmente a los desafíos sociales o económicos, como una crisis financiera, cambios en la legislación o una emergencia sanitaria. Las comunidades deberían estar dispuestas a revisar y ajustar sus estrategias continuamente, sobre la base de las necesidades emergentes.

2. Aprender a cooperar y distribuir recursos: Las corales no sólo dependen de su simbiosis con algas, sino también gestionan sus recursos de manera eficiente para garantizar su supervivencia. Las comunidades humanas pueden seguir este modelo promoviendo la gestión de recursos compartidos y colaborativos, como el agua, la energía o los servicios básicos, para que cada miembro de la comunidad contribuya a la sostenibilidad común. Esto incluye fomentar la colaboración entre los sectores público, privado y civil para garantizar el acceso equitativo a los recursos y una respuesta coordinada a los desafíos.

3. Developing decentralized networks: Como los corales pueden prosperar mediante la creación de colonias diversificadas e interconectadas, las comunidades humanas pueden adoptar modelos organizativos descentralizados donde cada unidad local tiene autonomía para tomar decisiones adaptadas a sus necesidades específicas. Esta descentralización permite una mejor respuesta a los cambios y una mayor capacidad de recuperación frente a situaciones adversas, sin perder la cohesión general de la comunidad. A través de una organización más flexible y menos jerárquica, las comunidades pueden aumentar su resiliencia, al igual que un arrecife de coral frente a la calefacción por agua.

4. Reproducción y regeneración mediante diversidad: Los corales reproducen sexual y sexualmente para asegurar su supervivencia. Asimismo, las comunidades humanas pueden utilizar la diversidad como instrumento de regeneración e innovación. Esto implica promover la diversidad cultural, neurodivergente, social y económica, y dar lugar a nuevas ideas y soluciones de esta pluralidad. La regeneración no sólo se refiere a la restauración del medio ambiente natural, sino también a la reconstrucción de los tejidos sociales, incluyendo a todos los miembros de la comunidad y el empoderamiento de los grupos vulnerables o marginales.

5. Adaptación al cambio climático: Cómo los corales cambian su simbiosis para resistir el calentamiento global, las comunidades humanas pueden adaptarse a la crisis climática utilizando soluciones naturales basadas en la adaptación local, la conservación de los ecosistemas naturales y la creación de infraestructura verde. En lugar de resistir el cambio climático, las comunidades pueden trabajar con la naturaleza para construir soluciones más sostenibles y resilientes, ya que los corales se han adaptado para satisfacer las cambiantes condiciones del mar.

En resumen, las comunidades humanas pueden aprender de la flexibilidad y adaptación de los corales mediante la elaboración de modelos de cooperación, descentralización y regeneración que promuevan una adaptación constante a los cambios en el contexto social, económico y ambiental, manteniendo al mismo tiempo la cohesión y la resiliencia ante los desafíos mundiales.

Conclusión

Necesitamos dejar de mirarnos el uno al otro pensando que será el otro quien iniciará el cambio. ¡Tenemos que actuar!

La conversación entre Rob Hopkins y Erika Zárate destaca el poder transformador de la colaboración comunitaria, la imaginación colectiva y el compromiso con los valores regenerativos. La Garrotxa, con su compromiso con la democracia participativa, el cooperativismo y la inclusión, ha demostrado que es posible construir un futuro más sostenible, justo y resiliente. Esta experiencia no sólo sirve de inspiración global, sino que recuerda que el cambio comienza cuando las comunidades escuchan su territorio y actúan con valentía y visión. Resiliencia La Tierra, como catalizador de este proceso, sigue siendo un ejemplo de cómo influir en el presente para imaginar y crear un mundo mejor.

Si las comunidades humanas siguen el ejemplo de los corales, pueden cultivar estructuras organizativas basadas en la descentralización, la autogestión y la flexibilidad, que fomentan la diversidad y la interconexión. Esto no sólo los hará más resistentes a las fluctuaciones sociales, económicas y ambientales, sino que también promoverá una nueva cultura de regeneración que implica transformar modelos de valor para crear sistemas verdaderamente sostenibles.

Esta visión de un futuro adaptativo, inspirado en la naturaleza, es la esperanza de la sociedad humana. La inteligencia natural, presentada por Leen Gorissen, nos ofrece un modelo del futuro en el que la capacidad de cambio y evolución, como los corales, se convierte en la clave para enfrentar desafíos globales. Si sabemos aprender de la naturaleza, podemos establecer nuevas bases para construir un mundo más justo, más equitativo y más resiliente para las generaciones futuras.

Esta aplicación de la biorregionalización aumenta la resiliencia territorial, permitiendo al territorio regenerarse a través de su propia dinámica. Cuanto más entendemos las interrelaciones del sitio, más capacidad tenemos para enfrentar desafíos globales y locales, creando soluciones a largo plazo y ayudando a las comunidades a prosperar.

En resumen, la biorregionalización es un proceso de identificación de patrones activos y regeneración, que nos permite aprovechar el potencial inherente de los sitios. Esto no sólo ayuda a enfrentar desafíos inmediatos, sino que también abre el camino a un futuro más adaptable y resiliente. La crisis se convierte en oportunidades para la evolución y la prosperidad.