Interseccionalidad
¿Podría la afectividad hacernos más efectivas a la hora de ser resilientes?
Complejidades de la opresión
La interseccionalidad es una teoría esencial para entender cómo diferentes formas de opresión, como el racismo, el sexismo, la discriminación por clase u orientación sexual, interactúan y se combinan para generar experiencias únicas de desigualdad. Formulada por Kimberlé Crenshaw en los años ochenta, esta perspectiva ofrece una visión más amplia que los enfoques unidimensionales, permitiendo analizar cómo las identidades sociales se influyen mutuamente. Esta teoría surgió de la necesidad de visibilizar experiencias ignoradas por los marcos tradicionales, como las de las mujeres negras, cuyas vivencias no pueden explicarse únicamente desde el género o la raza, sino desde la interacción de ambas.
Crenshaw, en Demarginalizing the Intersection of Race and Sex, argumenta que las luchas por la igualdad no pueden abordarse de manera efectiva si se mantienen compartimentos separados para cada forma de opresión. Esta teoría tiene una implicación práctica poderosa, especialmente en movimientos feministas, decoloniales y de derechos humanos, ya que reconoce las múltiples dimensiones de la desigualdad. La interseccionalidad abre la puerta a una comprensión más completa de las relaciones de poder que definen nuestras sociedades y pone énfasis en la necesidad de acciones más inclusivas y contextualizadas.
Esta perspectiva no solo ha transformado el activismo, sino también la teoría académica. Ha sido una herramienta fundamental para movimientos que abordan no solo las formas visibles de discriminación, sino también los mecanismos sutiles que refuerzan las desigualdades estructurales. Por ello, la interseccionalidad se posiciona como un recurso necesario para crear un cambio social que sea realmente equitativo y transformador.

Bad Feminist
Académicamente, la interseccionalidad ha sido ampliamente explorada y ampliada por pensadoras como Patricia Hill Collins y Leanne Betasamosake Simpson, que han aportado nuevas dimensiones al concepto. Collins, en Black Feminist Thought, subraya cómo la raza, el género y la clase forman un sistema complejo de poder que define las experiencias de las mujeres negras. Ella propone que el feminismo solo puede ser efectivo si aborda las múltiples formas de opresión de manera simultánea, reconociendo cómo estas intersecciones generan desigualdades específicas y refuerzan estructuras de poder.
Desde una perspectiva indígena, Leanne Betasamosake Simpson destaca cómo la interseccionalidad se manifiesta en las comunidades indígenas, afectadas por la colonización, el racismo y el patriarcado. Su obra As We Have Always Done explora cómo estas intersecciones no solo han impactado negativamente en las comunidades, sino que también han condicionado sus estrategias de resistencia y regeneración. Simpson argumenta que cualquier lucha por la justicia social debe abordar estas múltiples dimensiones, especialmente en el contexto de la descolonización.
Además, autoras como Roxane Gay y Angela Davis han ampliado el debate sobre la interseccionalidad, centrándose en cómo el feminismo puede ser más inclusivo. Gay, en Bad Feminist, señala que las experiencias de las mujeres no son monolíticas y que cualquier lucha por la igualdad debe reconocer la diversidad de identidades. Por su parte, Davis, en Women, Race, and Class, conecta la interseccionalidad con la lucha por la liberación económica y social, destacando que solo se puede alcanzar una justicia real si se desmantelan las estructuras de poder que perpetúan todas las formas de opresión.

Voces diversas
En Resilience Earth, entendemos la interseccionalidad como una capacidad transversal que nos permite abordar las desigualdades con una mirada sensible a la diversidad y la complejidad. Nuestro papel como facilitadoras es crear espacios donde las diversas voces y experiencias tengan un lugar significativo en la construcción colectiva. Esta mirada no solo da visibilidad a las identidades marginadas, sino que también nos ayuda a comprender cómo las dinámicas de poder influyen en los procesos de cambio social y organizativo.
Nuestro enfoque técnico integra herramientas pedagógicas y narrativas que hacen accesibles los conceptos teóricos de la interseccionalidad para las comunidades y organizaciones con las que trabajamos. Utilizamos relatos, representaciones visuales y marcos conceptuales que permiten conectar las experiencias individuales con las dinámicas estructurales más amplias. Esta práctica ayuda a identificar las múltiples dimensiones de la opresión dentro de un grupo y a desarrollar respuestas que sean inclusivas y regenerativas.
Finalmente, la interseccionalidad nos guía a buscar soluciones que concilien la singularidad de las personas con los objetivos colectivos, promoviendo procesos más equitativos y justos. Al trabajar desde esta mirada, fomentamos que las organizaciones y comunidades sean más resilientes y adaptativas, ya que reconocen y valoran la diversidad como un recurso esencial para la transformación. Este enfoque no solo aborda las desigualdades existentes, sino que también establece las bases para un futuro compartido que incluya todas las voces y perspectivas.
En Resilience Earth alimentamos la interseccionalidad de nuestro equipo, integrando dimensiones como la diversidad cultural, las neurodivergencies y la ruralidad, que nos da una pluralidad única de capacidades inherentes.
Al mismo tiempo, apostamos por la formación continua en habilidades y punteros disruptivos, que nos permiten transformar estas dimensiones individuales en una amplia gama de capacidades integradas. Comprendemos la capacidad como una síntesis dinámica entre el potencial intrínseco único de cada sistema y las habilidades prácticas adquiridas, conectando la esencia singular de un sistema con acciones concretas para evolucionar, adaptar y alinearse con un propósito vivo.
En Resilience Earth, no sólo adquirimos habilidades innovadoras, sino que las transformamos en capacidades adaptadas al contexto específico, incorporandolas en un marco que tenga en cuenta las capacidades de cada consultor. Esta integración nos permite generar nuevas perspectivas, procesos y marcos con un alto potencial para acompañar el cambio en tiempos de incertidumbre. Al hacerlo, multiplicamos las posibilidades de crear transformaciones significativas, alineando acciones con propósitos compartidos y contribuyendo a un futuro más resiliente y regenerativo.











